Es inevitable, casi como respirar.

No vayas con ilusiones, si vas con ellas y luego no hay nada será peor, si, eso es la verdad, pero nada le impide a mi cerebro ponerse a soñar, él es así se obsesiona y cambia de cosa en un segundo, puede que no deba tener esperanzas pero ya las tengo están ahí, no se como ni cuando vinieron pero ya estan ahí, es algo irracional, lo sé. Pero no puedo evitarlo, no puedo dejar de quererlo.

¿Te hace un billar? Nos vemos en la Vía Láctea.

Te pones a recordar y te acuerdas del último abrazo, el último beso, el último te quiero, la última caricia, esa última mirada que lo dice todo. Recuerdas el primer día que nos besamos y, el día que lo hicimos por última vez. Lo echas de menos, es inevitable, quieres volverlo a ver, volver a tenerlo a tu lado, escuchar un te quiero de su boca. Pero a pesar de que este lejos lo quieres aún más que antes, añoro sus sonrisas, sus abrazos, sus besos, lo añoro a él, sé que esta ahí esperando volver, esperando que llegue ese día. Que sé que me quiere tanto como yo le quiero a él, incluso más. Al fin y al cabo es él el que le da algo de sentido a mi vida y que aunque no le vea, su cariño mantendrá la ilusión de quererlo ver otra vez.