Añorar el pasado es correr tras el viento.

Puedes despertarte un día y que todo tu mundo haya cambiado, y te preguntaras cómo pudo pasar y terminaras pensando cómo lo deje que pasara. Porque a veces es cuestión de un montón de cosas y otras tan solo de un simple gesto. Y tienes dos opciones acostarte y volver a dormir hasta que ya no recuerdes como era todo o levantarte e intentar recuperarlo. Elijas la opción que elijas recuerda que quizás no tengas la opción de volver atrás y que el tiempo no se detiene ni espera por ti.